Autora:Elvira González.
Observaban cada detalle en relación al encantador artista, quizás como si en el fondo desearan encontrar algo que fuese una señal de alerta. Pero con cada persona que conversaban solamete había palabras de agradecimiento para el caballero, resultaba ser quien donó el terreno para una escuela. Además que daba clases de pintura gratuitas a los niños un par de veces al mes, lo cual estimulaba la imaginación de los pequeños y eso le hacía muy feliz. Ahora estaba más feliz que nunca, de nuevo enamorado de una joven mujer quien le llenaba de vida y quien llevaba en el vientre su gran ilusión por fin sería padre. Aunque era consciente de la diferencia de años quizás un poco más de lo considerado ideal no le importaba, decidido a hacer feliz a su futura esposa. Ya tomaba precauciones arreglando todos sus papeles en referencia a sus propiedades que eran varias, además de aquella en donde vivían. Su trabajo impartiendo clases en la universidad era por puro gusto y claro que también había disfrutado alegrar sus pupilas con la belleza de las estudiantes. Y las que posaron para él (sus amantes pasajeras) hasta que conoció a su amada prometida quien con su inocencia y sensualidad nata lo hizo quedar profundamente enamorado.
Antoine había pasado su juventud con bellas mujeres posando desnudas para él y solía seducir a todas, con algunas por horas y otras por días. Cuando conoció a quien fue su primera esposa las cosas cambiaron para él y se casó para ser fiel. Un tiempo después siendo viudo algunas curvilíneas musas lo envolvieron entre sus sábanas pero solo le satisfacían físiscamente. Al conocer a Annelise de nuevo se sintió con vida y cae rendido a sus pies al saber de su inocencia decidió ser el primero y el único para ella. Ahora tras tanto agitar sus caderas hasta quedar agotados la semilla germinada en su vientre y estaba a un par de días de contraer nupcias con Annelise. Tenía todo planeado para sorprender gratamente para el amor de su vida, Antoine adoraba lo detalles.
Las atenciones que les brindaron a Anne y a Emiliano sobrepasaron lo que habían imaginado, no había objeción alguna. Y al ver la forma en la cual ponía el mundo a los pies de Annelise estaban muy agradecidos, era impresionante su capacidad de observar parecía mirar con un microscopio cada cosa. Algo digno de admirarse comentaban la abuela Anne y Emiliano al pasar de los días en aquel lugar lleno de encantos.
Lograba mantener los lilis amarillos que tanto le gustaban a la abuela Anne como si fuesen recién cortados, además de las frutas. Las toallas y batas suaves, esponjadas con ese olor al irresitible suavizante de telas tan acogedor, claro que contaba con colaboradores que amaban su trabajo. Con una dedicación impecable a los detalles fieles a las indicaciones de Antoine y si así lo solicitaba también atentos a los deseos de Annelise. La lealtad del equipo de trabajo del artista se había ganado a pulso, siempre les apoyaba cuando tenían alguna situación y bien sabían de su labor altruista. Eran como ángeles silenciosos entraban a la casita de huéspedes sin molestar a los invitados, arreglaban la cama, les dejaban el desayuno servido. La revista favorita de la abuela y el periódico para el abuelo adoptivo, era mejor que hospedarse en un hotel de lujo.
De pronto el día de la boda había llegado, caminos de pétalos de rosa enmarcados por velas y piedras indicaban la ruta de los novios. En aquel hermoso jardín bancas rústicas de madera habían sido colocadas y bajo un arco de tronco trenzado del cual colgaban racimos blancos de flores. Sencillo y diseñado conforme a los gustos de la novia quien usaba seda con encajes muy sensuales debajo del vestido, pensando en ese momento ardiente e íntimo. Pasarían su primera noche de casados en una hacienda a las afueras del pueblo y luego regresarían parauna comida con los abuelos. Unos quince días después saldrían de viaje de luna de miel, así estaba decidido. Annelise por el momento no regresaría a continuar sus estudios pese a su avances en lo académico, acordaron al organizar la ceremonía, ya tenían sus planes juntos.
Una compañera y amiga de la universidad asistiría con su novio a la boda, quizásno habían convivido por mucho tiempo pero se llevaban muy bien. La señora florista tenía largas conversaciones con la novia y entre ambas modificaron el diseño del campestre jardín. Y de esa forma se sumaban los invitados pocos familiares, algunos amigos, todo pintaba que fuese una íntima, cálida y romántica ceremonia. La madre de Annelise a quien se le envió una invitación informando de su embbarazo no se tomó la molestia de responder por lo que daban por hecho la ausencia de a misma. Pensaba con tristeza en su padre quien había fallecido siendo pequeña, la etregaría Emiliano.
Vestida de color crudo, el cabello recogido con un chongo a la nuca, una flor de adorno permitía que luciera el brillo de su pelo. Escote redondo discreto para invitar a la imaginación del novio a explorar después, Perlas de su abuela, labios granate, largas pestañas se deslizaba al ritmo calmo de Emiliano a quien sentía tan cercano.
El novio vestido de beige con un traje, elegante, se había cortado la cola de caballo que por tanto tiempo llevó, sin embargo no tan corto se aborotaban algunas ondas. Que le sentaban muy bien parecía más joven y conservaba su barba de candado también gris. Algo que la novia adoraba de él, ese labio inferior tan carnoso enmarcado, ese cambio tan drástico en su persona indicaba el deseo de comenzar una nueva vida llena amor.
Annelise sonreía al ver a su abuela emocionada y a su hombre renovado, la ceremonia muy espiritual y por lo civil resultó hermosa y emotiva. Rodeados de pocos invitados pero los que debían estar con todo el cariño hacia los novios. Quienes se besaban en forma sutil pero constante, el ramo lecae a u abuela Anne y Emiliano estaba feliz y realizado. Pues ya tenía planes para la noche más romántica con su amada en aquella casita de huéspedes, mientras estaban en la boda algunas cosas sucedían en el interior.
Una larga mesa con camino de flores y velas intercaladas al centro, música de fondo y la hermosa vista de los árboles y en el otro lado del jardín. Fue testigo del desfile de deliciosos manjares, langotas, camarones, pescado, cortes de carne, quesos, pasta, del horno vegetales asados, como papas rellenas, crujientes barras de pan. El pastel de los novios era de chocolate amargo cubierto de chocolate blanco con cerezas. Bailaron primero ellos al atardecer mejilla con mejilla y después la abuela con Emilianoy los demás invitados también. Risas, palabras cálidas, ambiente acogedor y muy cálido. Por un momento la abuela sintió temor de que la madre de su nieta apareciera y le arruinase aquella bella ceremonia. Annelise y Antoine apenas anocheció huyeron, el chófer les esperaba, tenían urgencia de llegar al hotel.
Se comieron a besos todo el camino, la cargó para entrar a aquella lujosa suite cubierta de rosas y velas. Antoie le rodea por detrás frente al espejo, abre el vestido y lo deja caer. Al encontrar la sensaul lencería enmarcando sus ahora más pronunciados atributos se inspira a elogiar su belleza, acaricia con maestría. Mientras al oído le murmura palabras que le ruborizan como esas cosas que deseaba hacerle hasta que clamara por más, luego baja una mano y su hábiles dedos estimulan entre sus piernas. Ella eleva notas altas, recordaban su primera vez juntos, después le da vuelta. Annelise lo despoja de la camisa y frota con entusiasmo el pantalón el cual estaba por romperse. Tenían dos o tres días de abstinencia, la lleva a la cama cubierta de flores ella con su marido de pie le despoja de toda prenda y le muestra un poco delo que le espera. Lo cual enciende aún más ar ardiente novio, pide que se acueste boca arriba y las piernas flexionadas, élse sumerge. Annelise grita como nuca, lo había despeinado y se miran con pasión, ella le pide sentirle en su interior, con una entreg total se fusionan, fluyendo amor y pasión.
Más tarde se sumergen en la bañera, piel con piel fortalecen y las manos entrelazadas con las alianzas grabadas soñando con el para siempre. Esa abstinencia los tenía casi como adolescenes hirviendo, al día siguiente regresaban a casa para comer con los abuelos quienes saldrían al día siguiente temprano. Antes de acostarse a dormir, Antoine fue al baño y al lavarse las manos siente un fuerte dolor en el abdomen. Por unos minutos palidece, se sostiene del lavabo, respira hondo, se moja la cara, su amada le llama, se mira en el espejo, inhala y exhala, esboza una sonrisa con lágrima contenida…
Emiliano a la luz de las velas, vino y pastel propones matrimonio a Anne su amor más profundo, a su paso y sin prisas sus besos y caricia elevan la temperatura. Entrelazan sus manos con reespuesta afirmativa, no querían perder ni un miinuto más…
El tiempo presente de Annelise…
Annelise abrazada de Daniel se queda dormida sobre su varonil pecho, donde deja huellas de lágrimas, después de babas, pero entre ronquidos se mueve. Su voluptuosos atributos quedan apoyados sobre el cinturón del encantador amigo, quien al despertar se percata de lo mucho que le inquitaba ella encima. Deseaba besarle y quizás dejarse llevar ambos por lo que sentían, o al menos eso esperaba, él ante todo era un caballero. Pensaba en la reacción de ella cuando le contara la historia de aquel romance que vivió con aquella mujer tan ardiente quien era varios años mayor que él…
Sentada en un tapete de yoga, descalza, con una taza de capuchino espumoso espolvoreado de canela. Velas formadas una tras otra encendidas a favor de la paz, salud, aor, luz, armonía, prosperidad y abundancia para el mundo entero. El ambiente huele a simple y maravilloso chocolate amargo, esponjoso y suave se deshace en boca. Sobre la mesa hay cuatro bizcochos, además de emparedados de salami, queso, tomate y servico de café, surtido de infusiones, jarra con agua mineral con toque de naranja. El cómodo sofá se encuentra justo al lado para degustar y acompañar la calidez de tu lectura. Mientras escucho Solo Mía -Alex Cuba & Leonel García- me encanta. Agradeciendo tu especial presencia al blog.
Respira calma. Inhala amor y exhala vida…
Fotografías de Elvira González.
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Continuará…
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