
Has sentido que…
Entre cartas y sillones…
Románticos y despeinados Rachele y Michele acabaron, con sus dedos entrelazados , los latidos de sus corazones sintonizados en la misma frecuencia, con los labios un poco hinchados de tanto besarse, extasiados de tanto romance. Después de darse los buenos días, decidieron bañarse, a tallarse la espalda había que ayudarse, lo que hicieron en laSigue leyendo “Entre cartas y sillones…”
La historia y el otro sillón…
Una noche de amor, caricias y mucha pasión, tuvieron Rachele y Michele, a la mañana siguiente él le llevó el desayuno a la cama, linda forma de comenzar el día, luego se fue a trabajar en ese especial sillón que estaba fabricando para ella, aún más inspirado después de conocer más de la historia deSigue leyendo “La historia y el otro sillón…”
El sillón y las cartas…
Michele leía la romántica carta de Amin para Akina, cerca del final, de tal dulzura eran las palabras y el sentimiento con el que se expresaba, pues Rachele no resistió más, se le fue encima a comerle la boca a besos, por lo cual la lectura quedó suspendida con sus voces cantando y sus siluetasSigue leyendo “El sillón y las cartas…”
En el sillón sigue la historia…
Después de que el padre de Akina expresara que no permitiría que se casara con Amin, le dio un fuerte dolor en el pecho, pálido, se desvaneció, consiguieron una ambulancia y se fueron todos al hospital. Disfrutando del postre y el café, continuaron con su lectura Rachele y Michele, estaban intrigados por saber que pasaríaSigue leyendo “En el sillón sigue la historia…”
Las cartas del sillón…
Después de comenzar a leer unas hojas que parecían arrancadas de un diario, las cuales se encontraban guardadas en uno de los sobres, en donde contaba la historia de como se conocieron Akina y Amin lo que les permitiría comprender el entorno donde nació una historia de amor tan llena decisiones ajenas, ideologías tan opuestasSigue leyendo “Las cartas del sillón…”
Las cartas, la caja y el sillón…
Una planeada velada, con una deliciosa cena, vino y unas misteriosas cartas para leer, así habían acordado pasar la noche juntos, sería una mezcla de romance, descubriendo secretos guardados de una forma tan peculiar, mejor que ver una película. A la mañana siguiente, le llamó Michele a Rachele para darle los buenos días, avisándole queSigue leyendo “Las cartas, la caja y el sillón…”
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