Autora: Elvira González.
Dos puntadas en el dedo lo cual quizás dejaría una pequeña cicatriz, la revisión del doctor le dejó impactada, gozaba de buena salud. Pero sin duda alguna tenía algunas semanas de embarazo y sintió que su corazón latía con tal fuerza, le hacía ilusión ser madre algún día de su futuro quizás lejano. El doctor comenzó a hacer preguntas sobre su vida, alimentación, con quien vivía y a qué se dedicaba entre otras cosas. Lo cual resultó ser una conversación profunda percibió la empatía del médico quien había notado que su acompañante a quien dejó fuera del consultorio era su novio. También saltaba a la vista una gran diferencia de edad, por experiencia propia el especialista de la salud sabía bien como podría resultar una relación en esos términos. El semblante de la joven embarazada aún algo pálido, tratando de procesar la noticia inesperada.
Entonces el doctor llama por teléfono a su colega quien estaba en el otro consultorio quien era ginecóloga, pensó en el bien que le haría platicar con otra mujer. Entra por la puerta trasera y el doctor sale por un café y les deja hablar a solas, era una persona de gran calidad humana, con amplio criterio. Le sirvió un poco de agua y se sentaron en el sofá Annelise sintió que charlaba con una amiga, la calidez de la doctora permitió que hablara y mientras lo hacía las lágrimas brotaban. Al final de la larga charla ella decide que ser madre aún cuando no se lo esperaba sería una bendición, le preocupaba que todavía no terminaba su carrera. Un drástico cambio de planes en su vida…
Afuera casi mordiéndose las uñas se encontraba Antoine quien en verdad se sentía angustiado por tal demora, antes de que su prometida saliera la doctora le invita a entrar. Se levanta de la silla y va agredeciendo la atención, en el interior del consultorio junto a Annelise y le toma la mano, Con una sonrisa la especialista de la salud le hac saber que será padre y que su prometida se encuentra sana, debe mejorar la calidad de sus alimentos, una dieta más balanceada. Les entrega una receta para añadir algunas vitaminas y la fecha de la próxima cita, al despedirse Annelise le abraza.
Apenas afuera del consultorio Antoine rodea por la cintura a su futura esposa besa la frente, nariz, mejillas y labios, agradece el regalo que lleva en el vientre. Se agacha para hablar con la pancita e imprime sus labios en forma cariñosa, lo cual hace sentir una gran ternura a Annelise quien se siente algo cansada. Por su mente pasaban muchas cosas y tal noticia en verdad le tomó por sorpresa, quizás creía aún no estar preparada.
Pasaron a la farmacia para comprar las vitaminas, Antoine le pregunta si acaso se le antojaba algún helado, fruta o alguna otra cosa. Pese que a él también le sorprendió la noticia el hecho de ser padre era un sueño que se haría realidad. Annelise tenía antojo de algunos sabores de helado, cerezas y manzanas al horno, todo sería concedido. Prepararía una olla con caldo de pollo, vegetales agregaría pasta, limonada azucarada, rebanadas de pan crujiente con mantequilla. Dejó a la madre de su bebé acostada pues tenía mucho sueño y fue a la cocina deseaba halagar su paladar y alimentarle bien.
De pronto, un par de lágrimas rodaban por los pómulos hasta mojar la barba gris de aquel emocionado artista, no pudo evitar recordar a su difunta esposa y bebe no nato. Ahora la vida le brindaba una nueva oportunidad, eso le hizo sonreír, era claro que Annelise se había sentido abrumada entre la propuesta de matriminio y la noticia del bebé, quizás sería conveniente que dejara los estudios para después. Ella debería decidir al respecto, por lo menos por unos días permanecería descansando un poco tal como lo recomendó la dotora. Lavaba hojas de espinaca para la ensalada con tomates rojos, aguacate, queso mozzarela, vinagre balámico y aceite de oliva. Solía disfrutar mucho comer esa combinación, colocó los platos sobre la barra de la mesada, floes y pétalos formando un corazón, escribió una nota de agradecimiento.
Apenas estaba lista la sopa con pollo deshebrado, apio, zanahorias, papas, ejotes, toque de ajo, cebolla, calabaza, pasta, al servir agregaría huevo cocido. Fue a ver a su amada quien ya estaba despierta y con un gran apetito, se levantó con mejor semblante. Lo abrazó y así caminaron por el largo pasillo hasta la cocina, el aroma era una delicia, ella se emocionó al leer la breve carta que le dedicó. El arreglo del corazón, las flores, era un caballero muy rompantico, algo que adoraba de su hombre.
Al pasar de la primera semana después de saber del embarazo Annelise padecía de terribles naúseas, las cuales compartía con Antoine. Eso evitó que ambos reaizaran sus labores en forma normal, se cuidaban el uno al otro, hasta que su abuela Anne junto con Emiliano llegaron. Annelise les dio la noticia vía telefónica y Antoine les invitó a pasar ahí una semana, envió un chófer por ellos para que viajaran muy cómodos. Y sin decir nada le brindó la sorpresa de la visita, ya tenían la casita de huéspedes lista con todas las comodidades, flores y una cesta con fruta sobre la mesa.
Ese lazo tan fuerte que tenían la abuela Anne y Annelise solía ser como un bálsamo para el alma, lo que no sabía su amada era que Antoine pretendía lleva a cabo la boda. Algo sencillo con pocos invitados, antes de que el embarazo fuese a hacer crecer la panza, ya había encargado el pastel, canapés, entre otras delcias. Al comentar con la abuela ese hecho, a dulce señora estaba de acuerdo en que se casaran antes que la criatura naciera. La forma en la cual le trataba Antoine sobre todo estando embarazada había convencido a su querida abuela de lo mucho que la amaba. Tal vez esa diferencia de edad podría resultaría más beneficiosa de lo esperado…
En tiempo actual…
Esa siesta sobre el hombro de Daniel donde dejó una huella de babas estaba resultando reconfortante hasta que la vieja pesadilla le hizo gritar. Mientras el encantador Daniel preparaba una infusión de manzanilla, lavanda y miel, ella fue al baño aquella imagen clara en su mente, sentía la necesidad de contar a Daniel sobre su pasado. Le parecía un ser humano tan cálido, educado, agradable, además de atractivo, aunque no lo había planeado así quizás podrían tener una relación…
Salió del baño con el rostro fresco gracias al agua que aplicó, regresó a la sala, una bandeja con dos tazas, el aroma era una delicia. Se sentó a su lado, la televisión ya estab apagada, se escuchaba música instrumental. Suspiró al percibir el sabor de la mezcla en perfecto balance al cual añadió unas gotas de limón, en ese momento ella recordó que había visto el letrero de traspaso en la librería. Daniel tiempo atrás le expresó su intención por convertirse en el dueño de aquel rincón de letras. Entonces él con la sonrisa en los labios solamente comentó que su estancia en el hospital le permitió conocer a su futuro socio. Pero antes de platicar acerca de sus planes y sobre quien era su nuevo amigo, deseaba escucharle. Con un gesto de dulzura tocó con la mano de Annelise en forma breve con las yemas de los dedos, recorriendo el dorso. Apenas un contacto tan sutil y lo que le hizo sentir, cómo sería si la besaba y acariciaba con ganas de excitarle pensó. Ella contuvo el aliento había sentido una descarga que subió por el brazo, al tiempo que percibió el olor a maderas de la loción de Daniel y se aceleró su corazón.
Parecía saber como hacer que se le erizara la piel, por un momento fijó la vista en sus carnosos labios y en ese instante se le antojó rozar su labio inferior con la lengua. Hacía mucho tiempo que no sentía atracción por ninguno. Daniel era un caballero atractivo, educado, sexy también, pues antes de dejar volar su imaginación, comenzó por contarle quien era Antoine y cómo le conoció…
Daniel escuchaba con atención, desde su postura ese lenguaje corporal expresaba el interés que tenía e conocer la historia de Annelise. Algo que bien sabía hacer sin juicios con la mente amplia, finalmente tenían esa cercanía que permitía conocerse…
Sentada en un cojín, descalza, una taza de aromático café con leche y toque de canela, cada sorbo una delicia. Como bien sabes he encendido velas formadas una tras otra recorriendo el lugar, evocando a la calidez, salud, paz, amor armonía, prosperidad y abundancia para el mundo entero. El ambiente inundado por el aroma del bizcocho de natas con naranja recién horneado sobre la mesa hay tres, además de salchichas, papas, adereos, sodas, jarra de naranjada, servicio de café e infusiones. El cómodo´sofá frente a la cocina abierta en donde se alcanza a ver la mesada que tiene macetas con romero, lavanda, manzanilla. Mientras escucho a Teddy Swims -Some Things I’ll Never Know- (ft. Maren Morris) (Live Video) cantan con gran sentimiento y voces en armonía plena. Agradeciendo tu gentil presencia al blog.
Respira calma. Inhala amor y exhala vida…
Fotografías de Elvira González.
Derechos reservados conforme a la ley/ Copyright
Continuará…
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