Autora: Elvira González.
Aquel encuentro inesperado del drama con pinceladas de enojo cuyo orígen era una justa razón, al final logró concluir con la armonía y amor. Gran empeño puso en ello quien se enamoró de la cantante de ópera de temperamento difícil, poco a poco y sin sentir le fue moldeando. Hasta lograr convencerle del reencuentro para pedir perdón algo que jamás imaginaron que podría suceder, de tal forma podría fluir en paz por la vida. Quizás de entrada la relación avanzaría con cierta cautela, estaba en ella ganar la confianza y restaurar los lazos de cariño , un reto por delante. Algo era seguro si continuaba escuchando a su amado esposo y acesor quien le resultaba cada día más interesante, además de respetable.
Archivaldo era más que un excéntrico multimillonario comentaban Anne, Emiliano y Annelise quienes se habían quedado charlando. Una despedida larga, emotiva en la cual se hicieron algunas promesas, secaron gotas saladas y agradecieron la oportunidad que brindó la visita. Se fueron después de la puesta de sol y los tres más unidos que nunca necesitaban ponerse al día. Annelise colocó la vieja tetera sobre la estufa que bien podría narrar un libro tras tantas historias acompañar todas aquellas emociones liberadas. Siempre remojando el costalito de infusión endulzada con miel. En una bandeja colocó las tazas, el frasco con la abeja, servilletas dobladas, plato con pastas de mantequilla y la llevó al jardín. Todos los platos, olla y demás cubiertos ya estaban lavados, una parte por Archivaldo, entre todos había resultado más rápido.
Adoraban ese lugar del jardín, la noche estaba fresca, perfumada por las flores y las estrellas se habían empeñado en iluminar sus corazones. Tras un día lleno de emociones les venía bien esa plática que tanto disfrutaban y les mantenía unidos. Ver llorar a Anette quien solía ser soberbia, además reconocer sus malas deciciones y pedir perdón les conmovió hasta el fondo del alma. Al final eran abuela, madre e hija tres generaciones de mujeres maravillosas. Esa primera impresión del nuevo esposo de su madre había resultado peculiar, pero de inmediato le inspiró confianza al disculparse por interrumpir. Ella y su abuelo hablaban en privado, pero salió de la cocina para no interrumpir a Anne y Anette. Luego menciona la importancia de que discutiesen solas, así rompieran platos resultaba ser indispensable. Minutos después el caballero va al interior y lleva bebidas y refrigerios para hacer la espera de Annelise y Emiliano más grata. Encima entendía que la hija de su señora regresaba de viaje, pues sin preguntar a donde el equipaje hablaba de un destino cercano.
Annelise no recordaba que su madre tuviese gestos de amor apasionado con su difunto padre, pero la abuela explicaba que de alguna forma. Aquello podría justificarse Anette se casó con su padre Severino un poco o mucho por interés, eso le quedó claro a Anne meses después del matrimonio. Pero aconsejó a su hija tratar de llevar una buena relación. Luego quedó embarazada de Annelise y sobre llevaban ls cosas. Verdades que era importante callar, sin embargo a estas alturas ya le hablaría con mayor frannqueza a su querida nieta. También le hizo saber que su difunto padre Severino desde el primer momento fue un caballero, él si estaba enamorado de su cantante y le procuraba. Hasta que falleció Anne encontró una carta de Severino con las pertenencias que Anette no quiso llevarse. Entre aquellas letras el amor de su papá brotaba por su mujer y por su pequeña hija, ese sobre arrugado y cerrado que por nada terminaba en la basura. Al que jamás dio lectura Anette lo conservaba su querida abuela y ese era el momento para hacer entrega a su nieta.
Anne se levanta por el sobre y se lo entrega a Annelise el cual lo abraza pegado a su corazón y sin más comienza a leer. Su difunto padre resultaba haber sido un hombre muy romántico, dedicado, cariñoso, casi con tonos de escritor. Le hacía saber a su madre lo mucho que le amaba y tenía bien claro que ella no le correspondía, sin embargo eso no le interesaba. Annelise era el mejor regalo que le posdía haber dado, deseaba vivir muchos años para convivir con su pequeña llena de dulzura, razón de ser. Por los expresivos ojos de Annelise brotaban gotas saladas pero de alegría al tener con ella ese trozo de papel con la hermosa letra. Lleno de sentimiento, amor, ternura, un caballero tan gentil y adorable, con quien tanto le hubiese gustado convivir. Los tres unieron sus manos y entonces decidieron que era hora de ir a dormir, llevaron las tazas a la cocina y apagaron las luces. Abrazos y besos deseando feliz descanso.
Al día siguiente Annelise se despertó antes que sus adorados abuelos y preparó un plato con melón, mango, frambuesas formando una flor. Batió huevos, mezcló harina, leche, toques de canela y mantequilla para utilizar la vieja waflera, colocó tiras de tocino en la sartén. Preparó un queso cremoso con azúcar que usaba para postre y añade el jengibre en polvo. El café no podría faltar, arregló la mesa en el jardín con un hermoso mantel azul cielo, flores al centro. El día estaba radiante y se escuchaba el canto de las aves, sería un desayuno muy especial pues con todo lo sucedido ya no les platicó sobre su nuevo hogar. Todas las decisiones que tomó respecto a los bienes que le dejó Antoine, tenía una fortuna. Algo sobre lo que no le gustaba hacer alarde, quería llevar una vida normal en la cual podía permitirse lujos y ayudar a otros.
De pronto ambos abuelos despertaron gracias al aroma tan delicioso, vistiendo pijamas y batas encima fueron recibidos con besos. Tras elogiar la mesa se sentaron a disfrutar del banquete y la conversación fluía como solía darse entre ellos. Ver tan ilusionada a Annelise con el apartamento y el encanto de aquella pequeña ciudad les hizo sonreír. Cuando menciona la libería (en ese momento les entrega las novelas y libros de jardinería y cocina ). Que recibieron con cariño, pero al nombrar al guapo librero quien era un muy amable y simpático con muchos temas para charlar. Ambos se miraron notaron cierto brillo en los ojos de Annelise. Sin hacer mención…
Claro que no podían imaginar todos los cambios que esa pequeña ciudad a la cual staba por mudarse le podía brindar.Aquella librería que tanto le agradó se convertiría en un lugar de cambios y letras por escribir…
En la lejanía de otra ciudad…
Tras regresar del viaje que cambió el curso de la vida de Anette su amado esposo Archivaldo le tenía reservadas varias sorpresas. Aunque no llevaría a cabo tan rápido la ejecución de las mismas, había elgido esperar algún tiempo. Su señora tenía mucho que procesar, terminar de soltar, aunque ya se le veía otro semblante, la expresión facial más relajada. Pero le invitó a pasar el fin de semana en un destino cercano en donde ya había comprado una casa cerca de la playa. La noticia se la daría esa noche en el interior de un sobre con un lazo rojo de seda, bajo un atrevido camisón de encaje bajo la almohada. Nada tonto le pondría muy contenta para que le modelara la sensual prenda y tener una noche apasionada. Anette le había dado las gracias repetidas veces a su amado Archivaldo porlo sucedido con su madre e hija. Deseaba hacer algo muy especial por su hombre, debía ser algo que jamás hubiese vivido, pensaba en ello cuando le avisan a Archivaldo que tiene una llamada…
El tiempo presente de Annelise…
Extasiada con aquel despliegue de maravillosas caricias y esos besos junto con el hielo en e lugar indicado le provocaron alcanzar la luna. Estaba radiante, relajada, deseando ese encuentro a solas horas después con su amado Daniel quien prometía ser un amante muy apasionado. Pero su primera noche la pasarían en un hotel de lujo cerca e ahí, en donde cada detalle era una declaración de amor y seducción. Daniel emocionado pero a la vez un poco nervioso por el encuentro inesperado con su padre a quien sabía muerto. Ella mencionaba con frecuencia la falta que le hacía su querido papá, aunque antes de muedarse hizo las paces con su mamá.
De pronto, el chófer da una vuelta por una glorieta muy iluminada y se detiene justo al centro, un letrero brillante preguntaba si quería ser su novia. Annelise le mira emocionada lo abraza afirmando y le dice «te amo» así sin pensar le salió del fondo. Algo que pensó nunca más volver a repetir, Daniel imprime un sutil beso en los labios y saca un anillo que tenía un corazón de rubí. Era discreto, se lo coloca en el dedo aclarando que tan solo significaba su noviazgo, de momento. Un beso profundo resutó inevitable, parecía que el conductor debía dar un par de vuetas antes de llegar al restaurante…
Al interior de la cocina de «Al vapor»se encontraba Severino quien se siente mareado, la frente sudorosa y palidece. Hacía demasiado calor cerca de las vaporeras, parecía ser una baja de presión. Su nueva gerente se acerca a ver como le podía ayudar, lo abraza de lado y le sienta en una silla apenas afuera de ahí. Al tiempo que solicitó jugo de naranja con hielos, humedeció un pañuelo de seda que traía atado al cuello. Justo arriba del escote discreto pero que dejaba ver sus voluptuosos atributos. Lo pasa por la frente, el cuello, al estar frío siente alivio de inmediato, aquella mujer mvoilizó al personal de tal forma que llegaron con un doctor. Marianne era extranjera, alta guapa, con porte, más joven que la madre de Annelise, viuda y sin hijos. Conocía bien el negocio y cuando conoce a Severino queda encantada con su personalidad y atractivo físico. Pintaba hilos de plata sobre el castaño, pero se conservaba muy bien y ese carisma que emanaba de forma natural tenía su…
Sentada en una banca, descalza, un vaso de malteada de frutos rojos preparada con yogurt, fresca y deliciosa. He colocado más velas de lo habitual por causa de una petición especial que se te concedan todos los sueños sobre todo esos que sirven para mejorar la vida de otros. Y claro por la salud, paz, amor, luz, armonía, prosperidad y abundancia para nuestro mundo entero. Hoy nos encontramos en una cabaña con ventanas grandes que permiten apreciar el verde bosque, el horno aunque un poco rústico funciona de maravilla. El ambiente huele a bizcocho de naranja con toque de canela, huevos revueltos con chorizo, papas asadas, mantequilla, servicio de café e infusiones. La mesa es de madera algo peculiar, sin mantel, flores silvestres al centro, sofá marrón. Mientras escuchoThe Show Goes On…line: Haya Band (2017) impacta. Agradeciendo tu gentil visita al blog.
Respira calma. Inhala amor y exhala vida…
Fotografías de Elvira González.
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Continuará…
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