Por: Elvira González.
Habían pospuesto por más de seis meses vaciar la bodega rentada, contaban con una propia la cual estaba ocupada y organizada. Todo clasificado en contenedores evitando el polvo, fácilmente encontraban el tipo de objetos ocupados una vez al año. Pero cuando la madre de ella se cambió de casa le hizo llevarse las cajas llenas con recuerdos del ayer. Para una solución rápida, a él se le ocurrió guardar sus pertenencias así, pensando sería algo temporal. El tiempo se les vino encima, tenían apenas el fin de semana para realizar dicha actividad. Quizás él era más práctico y ella más sentimental, tenían un trato, debían conservar tan solo la mitad.
Sábado por la mañana, después de desayunar tacos con salsa y queso, prepararon un termo de café, dos tazas, sillas con la mejor disposición. Vestían ropa cómoda, comenzaron a abrir una caja cada uno, doble contenedor lado derecho se quedaba, lado izquierdo para donar.
Muñecos de peluche, mantas de dibujos infantiles, a la izquierda. Zapatos de plástico junto con bolsos y accesorios de niña, fuera también. Disfraces, sombreros, guantes, crayones cuadernos con dibujos de pasteles, vestidos, casas llenos de colores, pegatinas, brillantinas, igual. Hasta que de pronto aparece un muñeco protagonista de un cuento muy especial, a quien el amor trasformó. Aprendiendo una lección sobre lo que pueden ocasionar mentiras, simbolizaba algo muy especial para ella. Entonces le contó la historia, era muy pequeña y enfermó de gravedad, la economía de su familia se encontraba pasando por escasas vitamina$. Entonces, padre y abuelo fueron a desayunar, mientras esperaban mesa en aquella cafetería ambos al ver al hermoso muñeco se miraron. Sin decir nada lo compraron, solo un café tomaron. Entregaron el juguete a la enfermera quien lo colocó dentro de la cámara en la que estaba. La niña se sentó sonriendo al verlo, ese trozo de plástico hizo un milagro. Abrazó al muñeco con tal cariño, emocionada le miró, verle feliz le hacía sonreír. Abajo de algunos trapos viejos se encontraba una caja de música. Tocaba la música favorita del personaje, además de una taza de pingüinos sus grandes tesoros. Los demás artículos quizás crearían momentos especiales para alguien más.
El espacio vacío quedo, listo para albergar los objetos de otros. Disfrutaron un tazón de sopa caliente con pollo, para acurrucarse los tres en el sillón a ver películas y comer palominas, creando gratos recuerdos.
¿Conservas tus tesoros?…
Sentada en tapete afelpado, descalza, con una taza de tisana de manzana con especias. He encendido velas a favor de la paz, salud y armonía para el mundo entero. El cómodo sofá se encuentra frente a un ventanal que da a un patio lleno de plantas y flores, algunos faroles una creando una cálida visión. Una mesa con servicio de infusiones, aromáticos cafés, pastelillos. El ambiente huele a una mezcla de chocolate crocantes nueces, caramelo. Mientras escucho a Bigon Bamy Jay -Feelings- Album «Les Soul Men» una versión fascinante de un clásico, ritmo, grandes voces tan varoniles. Agradezco tu gentil presencia al blog, disfruta.
Respira profundo. Inhala recordando y exhala sintiendo…



















Fotografías de Elvira González.
Derechos reservados conforme a la ley/ Copyright
Continuará…
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